Por qué las 'mujeres del mar' pueden practicar el buceo extremo sin ayuda: entrenamiento y genética

Las haenyeo de la isla de Jeju, en Corea del Sur, tienen un ADN peculiar con una mayor tensión diastólica más elevada y una gran capacidad para la bradicardia, lo que explicaría por qué llevan siglos buceando sin ayuda.
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Hay una comunidad de pescadoras en una isla de Corea del Sur que durante siglos ha transmitido de generación en generación una peculiar modalidad de pesca submarina sin respiración artificial. Se las conoce como las mujeres del mar y un nuevo estudio ha profundizado en su genética, para ver cuánto hay de fisiología y cuánto de entrenamiento en su forma de bucear.
Las mujeres del mar, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Las haenyeo o 'mujeres del mar' son un grupo de buceadoras que realizan pesca submarina de conchas, perlas o erizos de mar sin usar aparatos de respiración. Se estima que hay unas 4.500 haenyeo en la isla de Jeju, en Corea del Sur, donde desarrollan principalmente su actividad pesquera. Una haenyeo de Jeju, contiene la respiración durante un minuto de media mientras se sumerge diez metros para recolectar animales marinos y, cuando sube a la superficie tras el periodo de apnea, exhala y emite un sonido único llamado 'sumbi-sori' (cuando inhalan oxígeno y exhalan el dióxido de carbono almacenado).
Se estima que cada una de estas mujeres del mar trabaja entre seis y siete horas en verano y entre cuatro y cinco en invierno, con unos 90 días al año en los que desarrollan su estilo de pesca submarina. Este estilo de vida no es precisamente nuevo, sino que esta técnica de buceo y pesca, llamada 'muljil', podría ser tan antigua como del siglo VI, ya que en los registros de la época se indica que se enviaban perlas como ofrenda al rey y que estas las recolectaban las haenyeo. Ciertas estimaciones consideran que empezaron a bucear antes de la época de los Tres Reinos (57 a.C. - 668 d.C.).

La técnica del 'muljil' se aprende de generación en generación entre estas mujeres del mar de Jeju. La edad para comenzar a practicar es de 8 años, donde comienza el aprendizaje de natación y buceo en aguas de poca profundidad (un mar de prácticas llamado "el mar para bebés"). Posteriormente, a los 15 años pasan a ser haenyeo infantiles y comienza el verdadero aprendizaje de este buceo extremo. Entre las diferentes “asignaturas” del programa de aprendizaje no solamente entran nociones básicas como el control del tiempo de inmersión, la detección de la presión del agua, el cálculo del oxígeno restante o la distancia hasta la superficie, sino que también tienen su propio mapa mental del mar, con la ubicación de arrecifes y el hábitat de los mariscos.
El respeto por las generaciones anteriores de haenyeo es de gran importancia. No solamente por la transmisión de esta técnica, sino que a las más veteranas, cuando ya no pueden realizar la inmersión (aunque no es algo extraño ver a mujeres del mar de más de 70 años), se les encargan labores de conocimiento de vientos y mareas, algo que han ido aprendiendo con el paso de los años a través de las distintas experiencias de pesca submarina. Por tanto, las haenyeo dependen de la previsión meteorológica de las haenyeo más veteranas, conocidas como sanggun, para realizar su labor, sin recurrir al parte oficial.
Hay también algo espiritual en esta forma de sumergirse de las mujeres del mar, no solamente un entrenamiento y una capacidad sobrehumana que se va transmitiendo de generación en generación. Practican un ritual de tipo chamánico en el que realizan oraciones para que el mar sea seguro con ellas y que tengan una pesca abundante con el que proveer de alimento y beneficio económico a sus comunidades. Este se realiza en honor a 'jamsugut', su diosa del mar. Para reconocer y dar a conocer al resto del mundo las peculiaridades de la cultura haenyeo de Jeju, estas mujeres del mar fueron reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO en 2015.
También se reconoce el mérito a nivel medioambiental que tiene este estilo de vida, porque la comunidad haenyeo de Jeju en su conjunto decide el número de días de buceo al año, regula las horas de trabajo y el tamaño mínimo de la captura, y prohíbe el uso de ciertas tecnologías para evitar la pesca excesiva y respetar las épocas de cría.
Cómo se aprende a bucear al estilo haenyeo
Como explicábamos anteriormente, el estilo de buceo de las haenyeo lleva por nombre 'muljil' y esta técnica se transmite entre las generaciones de mujeres, tanto de madres a hijas como de suegras a nueras (madre política a hija política). De esta forma, no se pierde la tradición y la cultura de las haenyeo de Jeju, incluyendo el buceo, se ha transmitido dentro de la comunidad durante siglos.
No todas las haenyeo tienen un rango similar, sino que se dividen en tres categorías según las habilidades de buceo que posean: buceadoras de nivel alto (sanggun), de nivel medio (junggun) y de nivel bajo (hagun). Con la práctica, se pueden mejorar las habilidades con el tiempo, así que no quedan estancadas por siempre en una de estas tres categorías. Generalmente, el nivel va asociado a la edad y la experiencia, aunque de vez en cuando surgen excepciones y hay jóvenes sanggun.
Tras haberse estudiado a fondo la genética de estas mujeres del mar, se ha descubierto que estas haenyeo de Jeju no nacen con condiciones físicas especiales para el buceo, así que se debe al entrenamiento y una técnica muljil muy pulida el hecho de que se hayan vuelto tan fuertes y hábiles en su labor. De hecho, es tal el grado de perfeccionamiento del muljil que puede haber, que no hay una edad oficial de jubilación para el buceo, llegando a haber casos hasta los 80 años, hasta que su condición física se lo impide.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en Cell sugiere que podría haber una evolución genética además de la transmisión de las habilidades. Para ello, se comparó el ADN de 30 buceadoras con los de 30 personas “no haenyeo” de Jeju y otras 30 de la parte continental coreana. El primer hallazgo es que Jeju representa un subconjunto genéticamente distinto de la población coreana continental. Esto se explicaría, por ejemplo, por el periodo de control mongol, que introducirían la ascendencia genética distintiva de la región, así como por el posterior aislamiento hasta bien entrado el siglo XIX, ya que a sus habitantes se les prohibió salir de la isla. Por ejemplo, tanto las haenyeo como otras residentes de Jeju tenían una presión arterial diastólica más elevada en comparación con las residentes de Seúl al inicio, en el transcurso de una inmersión simulada y durante la recuperación entre inmersiones, sin observarse variación en la tensión sistólica.
También se observaron otros cambios fisiológicos. Por ejemplo, las haenyeo tienen una desaceleración del ritmo cardíaco más pronunciada. La observación demostró que tienen una reducción promedio de 18,8 latidos por minuto, por los 12,6 de quienes no practicaban el buceo. Esta bradicardia tuvo incluso un ejemplo en el que una de las haenyeo observadas perdió más de 40 pulsaciones por minuto en un descenso simulado de solamente 15 segundos. Sin embargo, este sería fruto del entrenamiento y no genético al no estar presente en sus parientes genéticos no buceadores en Jeju.
“Pudimos demostrar resultados fisiológicos en las buceadoras haenyeo de Jeju que podrían derivar tanto de adaptaciones genéticas como de una vida dedicada al entrenamiento. Las haenyeo constituyen la segunda población conocida de buceo en apnea cuya fisiología médicamente relevante se correlaciona con una novedosa variación genética adaptativa. Nuestros hallazgos refuerzan la extraordinaria biología de las comunidades de buceadores y el poder de la selección natural para esclarecer la novedosa variación genética. La investigación continua de poblaciones como las haenyeo brindará oportunidades para avanzar en nuestra comprensión de la regulación genética de las enfermedades”, concluye el estudio genético.