Las bebidas que aceleran el metabolismo antes del verano

Bebidas accesibles, baratas y que pueden integrarse en la dieta diaria con elegancia
La fruta que protege el corazón y combate la inflamación
Cuando se acerca el verano, las búsquedas relacionadas con “acelerar el metabolismo”, “quemar grasa” o “perder peso sin esfuerzo” se disparan. Y con ellas, también la proliferación de mitos dietéticos que prometen resultados milagrosos. Pero entre tanto ruido, hay una bebida que los nutricionistas y científicos sí respaldan como un auténtico aliado para acelerar el metabolismo: el té verde.
No es nuevo. El té verde, Camellia sinensis en su versión no oxidada, ha estado en el radar de la ciencia desde hace décadas, pero en los últimos años las investigaciones han afinado el foco: sus catequinas, especialmente el galato de epigalocatequina (EGCG), tienen un efecto termogénico medible. Y lo mejor: es accesible, barato y puede integrarse en la dieta diaria con elegancia gastronómica. Además, no está solo en esta lucha.
¿Por qué el té verde?
Según un metaanálisis publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, el consumo regular de té verde puede aumentar el gasto energético en reposo en un 3-4%, gracias a la combinación de cafeína y catequinas. Esto se traduce en unas 60-80 calorías adicionales quemadas al día. Poca cosa, eso, pero de forma consistente. Y es precisamente en este tipo de procesos, como podría ser la pérdida de grasa corporal, cuando la constancia es más eficaz que la espectacularidad.
Además, el té verde contribuye a mejorar la sensibilidad a la insulina, oxidar ácidos grasos en reposo y durante el ejercicio y modular el apetito.
La Universidad de Harvard señala que aunque no existe una “bebida mágica” para adelgazar, el té verde “sí puede jugar un papel complementario dentro de un enfoque integral que combine ejercicio, dieta y descanso”. Como dice Boticaria García “No existen superalimentos milagrosos; una dieta equilibrada y variada es la clave para una buena salud metabólica.”
¿Y el café?
El café es otra de las bebidas clásicas vinculadas al metabolismo. Su alto contenido en cafeína estimula el sistema nervioso central, aumentando la tasa metabólica basal durante unas horas tras el consumo. Según Mayo Clinic, una taza de café (sin azúcar ni leche) puede contribuir a la oxidación de grasas a corto plazo fuente. Para Boticaria García, "el intervalo ideal para consumir café es entre las 9:30 y las 11:30 de la mañana, periodo que ella denomina la 'hora fetén'."
Sin embargo, sus efectos tienden a ser más acusados en personas delgadas que en personas con obesidad, y puede generar tolerancia con el tiempo. Además, su consumo excesivo puede alterar el sueño y generar ansiedad, dos factores que frenan, paradójicamente, la pérdida de peso.

Agua fría: el truco termogénico menos sexy pero más real
Beber agua muy fría puede tener un efecto termogénico modesto al obligar al cuerpo a calentar el líquido ingerido. Se calcula que beber medio litro de agua a 4°C puede incrementar el gasto energético en reposo entre 25 y 30 kcal durante la hora siguiente.
No es una panacea, pero sí un hábito saludable que puede tener efectos acumulativos, sobre todo cuando sustituye refrescos o bebidas azucaradas. Además, la hidratación adecuada es clave para mantener el metabolismo activo, especialmente en climas cálidos.
Como afirma Boticaria García, "El agua fría es un estresor que puede tener efectos positivos. Es lo que llaman biohack, y tiene evidencia detrás."
Kombucha, yerba mate y vinagre de manzana: ¿realidad o moda?
En los últimos años, han aparecido otras bebidas que han ganado terreno en el universo wellness. Algunas con justificación científica, otras más por marketing que por méritos bioquímicos.
El primer ejemplo sería la kombucha, una bebida fermentada a base de té y azúcar, rica en probióticos. Algunos estudios preliminares sugieren que puede mejorar la microbiota intestinal y la resistencia a la insulina, lo cual indirectamente favorece el metabolismo, pero faltan ensayos clínicos concluyentes.

Otro caso es el de la yerba mate, que es rica en cafeína y polifenoles. Varios estudios sudamericanos han asociado su consumo con una mayor oxidación de grasa y mejor perfil lipídico. La clave está en la moderación ya que puede llegar a irritar el tracto digestivo.
También se habla del vinagre de manzana, muy popular en redes sociales, y al que se le atribuyen beneficios glucémicos y digestivos, pero no acelera el metabolismo de forma directa. Además, su consumo ácido puede dañar el esmalte dental si se toma sin diluir fuente.
¿Hay contraindicaciones para estas bebidas?
Sí. Como toda sustancia activa, incluso las bebidas naturales pueden tener efectos secundarios. Por ejemplo, el té verde en exceso puede irritar el estómago o interferir con ciertos medicamentos, como sería el caso de los anticoagulantes. El café, por su parte, puede causar insomnio, taquicardia o ansiedad si se abusa.
La yerba mate debe consumirse con moderación y no excesivamente caliente, dado que existe un debate abierto sobre su relación con ciertos tipos de cáncer de esófago). En cuanto al vinagre de manzana nunca debe tomarse puro, y siempre debe diluirse en agua.
En definitiva, la ciencia es clara: no hay una sola bebida mágica que acelere milagrosamente el metabolismo, pero sí hay opciones reales y contrastadas que pueden jugar un papel complementario en una estrategia saludable de cara al verano. El té verde lidera ese ranking, seguido por el café y el agua fría. Todo lo demás, como la kombucha, vinagre, o mate, puede sumar, siempre que se consuma con criterio y no sustituya lo esencial: una dieta equilibrada, ejercicio regular y descanso de calidad.
Antes de lanzarse a modas o rituales detox, conviene recordar que el metabolismo no se “acelera” por arte de magia, sino por coherencia biológica.